miércoles, 3 de noviembre de 2010

Ganancias millonarias de trasnacionales en el manipulado negocio de mascotas

Asemejar al animal con el ser humano en derechos y necesidades, la fórmula empleada

A las mascotas sólo les falta que les legislen la libertad de religión para ser el mayor negocio del mundo

En Estados Unidos e Inglaterra practican una doble moral, señala el Diario de la tarde, de Suecia
Leonardo Páez

En el periódico de mayor circulación en Suecia, el rotativo Aftonbladet (Diario de la tarde), con un tiraje de aproximadamente 500 mil ejemplares, apareció un revelador artículo de E.H. Omblquist, titulado: Cuanto más humano, más negocio, difundido en numerosos portales taurinos de España.
“A las mascotas –arranca el desmitificador texto– sólo les falta que les legislen la libertad de religión para ser el mayor negocio del mundo. Quizá no haga falta. El animal doméstico o mascota genera un volumen de 25 mil millones de dólares anuales en alimentación, farmacología, estética, cuidados, veterinaria, hospitales o cementerios. Este negocio global es dirigido principalmente desde cuatro grandes multinacionales: Mars, Nestlé-Purina, Ralston y Procter & Gamble, además de otras empresas trasnacionales.”

“El negocio –prosigue la nota– incrementó su volumen en 120 por ciento en la pasada década, tiempo en el que fueron modificadas o redactadas más de 150 leyes en defensa de los animales (del año 2000 a 2010). ¿Es sólo una coincidencia? Los intereses de este negocio y su poder fáctico global han sido capaces de utilizar a los movimientos animalistas en su favor. La idea de la defensa del animal es su mejor publicidad.

 “Han sido décadas de una lucha soterrada, con intervención en leyes y grupos políticos, para lograr el negocio del otro gran mundo paralelo, el del animal. En Estados Unidos, sus habitantes gastan 41 mil millones de dólares en sus mascotas, mucho más que la venta de discos, música, cine y videojuegos juntos, e Inglaterra gasta 5 mil millones de libras en este rubro…” (Paradojas de la doble moral hacia la vida: bastante más invierten ambos países en sus mortíferas aventuras bélicas en la ficticia defensa de la democracia y en la adjudicación real del petróleo ajeno.)
“En 2001 sólo Procter & Gamble –abunda Omblquist– tenía 110 mil empleados en Estados Unidos y decenas de miles más en otros países, con beneficios netos de 40 mil millones de dólares. Por entonces se le acusó de alentar, a partir de leyes, el llamado ‘secreto de polución’ (ocultamiento de datos de la permanente degradación del ambiente por contaminaciones diversas). Desde entonces ha desarrollado su negocio de mascotas.”

El autor añade: La capacidad de maniobra legislativa de estas empresas trasnacionales y su fuerte influencia en los gobiernos es similar a la de las petroleras de los años 80 del siglo pasado. Hay, además, una serie de intereses relacionados con este mercado: primero, la necesidad de una comunicación favorable al animal, que lo asemeje al ser humano en derechos y necesidades, y después, la salida al mercado de sus millonarias inversiones en alimentos transgénicos (prohibidos para el consumo humano en muchos países) almacenados para su venta en el futuro, así como sus inversiones en biotecnología…